¿Sirven de algo los hábitos financieros?

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¿Qué es un hábito?

Segun la RAE es el “modo especial de proceder adquirido por la repetición de actos iguales u originado por tendencias instintivas”. Entonces, traduciendo… un hábito es algo que haces frecuentemente de manera automática que puedes haberlo adquirido o puedes hacerlo por simple instinto. Ok… todo perfecto hasta acá, pero, ¿de qué me sirve adoptar un buen hábito?

Nuestro cotidiano está plagado de ‘malos hábitos’ los cuales traen consecuencias negativas a nuestra salud física, mental y emocional. Por ejemplo: fumar, aplazar tareas o llegar tarde siempre… y aquí el tema se vuelve subjetivo porque no todos sentimos un impacto negativo de la misma manera. Es por esta razón, que no todos vamos a querer renunciar a nuestros ellos y querer adoptar unos nuevos.

En cambio, un buen hábito es aquel que contribuye a nuestro bienestar en general como hacer ejercicio o lavarse los dientes. Como ya lo vimos, depende mucho de las preferencias de cada persona y si sentimos que son comportamientos que ‘encajan’ con nuestro estilo de vida. Es decir, cualquier hábito que adquieras debe hacerte sentir cómodo para poder eventualmente hacerlo de manera automática.

¿Por qué queremos adoptar “Buenos hábitos”?

En psicología, los hábitos tienen cuatro elementos: el recordatorio, el deseo, la rutina (o respuesta) y la recompensa.

  1. El recordatorio es lo que activa tu hábito (ese flashback que indica recompensa),
  2. El deseo es cuando nos dan esas ganas intensas o necesidad,
  3. La rutina es la acción que debes ejecutar (lo que se constituiría como tal el hábito) y
  4. La recompensa es el beneficio que obtienes luego de realizar dicha acción.

En general, los malos hábitos generan recompensas en el corto plazo como el efecto momentáneo que puede tener un cigarrillo. En cambio, los buenos hábitos están fundamentados en recompensas ligadas a resultados que veremos en el mediano o largo plazo. Por ejemplo, sé que si hago ejercicio y me alimento bien, probablemente gozaré de buena salud en el futuro.

Hasta este momento, espero que la explicación te haya convencido para adoptar buenos hábitos, pero…no es tan fácil modificar mi comportamiento…¿Qué hay que hacer?

Primero que todo debemos entender que en tu cerebro, una acción que ejecutas de manera repetida crea conexiones entre las neuronas, es decir, un camino trazado…¡es por eso que nos recomiendan realizar una acción varios días seguidos si queremos volverlo un hábito! Eso si, necesitamos de mucha constancia y dedicación hasta que este hábito quede en tu “disco duro” y no abandones a la mitad.

Ok, perfecto y entendido... Pero todo esto...¿qué tiene que ver con mis finanzas?

Por consiguiente, algo primordial que debemos entender es que nuestras decisiones están más basadas en la emoción que en la razón. Como resultado, las decisiones del día a día pueden impulsarnos a hacer cosas que nos complacen inmediatamente y no pensamos en el largo plazo. Hay un sin número de malos hábitos financieros como las compras impulsivas con tu TC, nunca mirar tus extractos, etc… Entonces, es esencial establecer tus metas y analizar qué hábitos podrías adoptar para ver un impacto positivo en tus finanzas. ¡Siempre puedes venir con nuevos objetivos y seguir aprendiendo! 

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Claves para cambiar tus hábitos

Y obviamente no te vamos a dejar con las manos vacías…  te vamos a contar sobre una metodología sencilla inspirada en el libro de James Clear «Hábitos atómicos». Verás cómo puedes adoptar un nuevo hábito y eliminar alguno que esté dañando tu bolsillo:

Clic aquí para conocer más de Hábitos atómicos: Cambios pequeños, resultados extraordinarios

  1. Haz tus buenos hábitos obvios y los malos invisibles: Es decir, intenta que esos recordatorios que activan tu rutina estén a la vista y que para ti sea inevitable hacerlo… Igualmente, intenta esconder todo aquello que te recuerde ese mal hábito que tienes. Por ejemplo: Pon una alarma en tu celular para pagar a tiempo tus facturas y si eres un comprador compulsivo…¡no salgas con tu tarjeta de crédito!
  2. Haz tus buenos hábitos atractivos y los malos poco atractivos: Intenta que esos hábitos estén asociados con algo que te gusta, que te mueve…al igual que los malos hábitos debes relacionarlos con ese sentimiento de no querer repetir eso ¡nunca en la vida!
  3. Haz tus buenos hábitos fáciles y los malos difíciles: ¡Automatiza todo lo que puedas! Por naturaleza somos seres perezosos, así que intenta hacer todo «en menos de lo que canta un gallo»…y para los malos hábitos, aumenta el número de pasos para llegar a hacerlo, ¡intenta crear un máximo de fricción!
  4. Haz tus buenos hábitos satisfactorios y los malos poco satisfactorios: Nosotros siempre andamos detrás de las recompensas. Así que aquí lo importante es que puedas percibir muchas más recompensas y beneficios por tus buenos hábitos. Por el contrario, para un mal hábito la consecuencia sea algo que te disgusta o sientas como una penalidad.

¿Cómo pueden los buenos hábitos transformar mis finanzas?

Déjanos contarte por experiencia propia… ¡Lo cambia todo! Nosotros mismos lo hemos experimentado. Y es que más que necesitar un conocimiento inmenso en finanzas y número, necesitas más bien una maestría en conocerte a ti mismo y controlar tus emociones. Incluso nosotros, siendo profesionales en finanzas metimos la pata un par de veces con nuestro dinero. Hay un montón de cosas que nunca nos enseñan y muchas otras de sentido común como “no gastarte más de lo que tienes” y aún así, ahí andamos endeudados con la tarjeta de crédito.

¿Quieres saber qué buenos hábitos decidimos seguir y qué frutos hemos visto?

  • Nuestra cita mensual para revisar el presupuesto no falta. Estamos constantemente revisando cómo van nuestras cuentas y ajustamos nuestro plan según las prioridades. Nos ponemos de acuerdo en que nos vamos a “ajustar el cinturón” y en qué nos vamos a dar ciertos gusticos. También somos del team registro de gastos, ya que esto nos ayuda a identificar si hemos estado cumpliendo o necesitamos nuevas medidas.
  • Decidimos salir de toda nuestra deuda muchísimo antes de lo que decían esos plazos eternos que teníamos. Pero primero era necesario que conociéramos todo el panorama como tasas de interés, saldos, gastos extras, en fin. Adoptamos el famoso “método bola de nieve” y empezamos a atacar la deuda más pequeña, pagando más del mínimo y haciendo abonos a capital cuando tuvimos ingresos extra. El resultado: Más de 12k USD pagados en plena época de pandemia.
  • Empezamos a ahorrar con intención. Construimos nuestro primer fondo de emergencia, que nos ha salvado de varias situaciones como pagar un nuevo depósito al mudarnos a un nuevo lugar. Además de poner de lado dinero con suficiente anticipación gastos grandes como el pago de impuestos o la renovación de nuestras visas.
  • También hemos poco a poco, empezado a conformar nuestro portafolio de inversión en el largo plazo. Sabemos que no queremos dejar en manos de nadie nuestro retiro, así que hemos dedicado una parte de nuestro ingreso a esto.
  • Por último, pero no menos importante, hemos empezado a dar no sólo nuestro dinero, si no también nuestro tiempo. Ya que creemos que el dinero no lo tenemos únicamente para acumular y tener un estatus, si no para impactar positivamente en la sociedad. Nuestro objetivo es poder dar cada vez más, a tantas causas como podamos apoyar.

 

Como puedes ver, existen diversas razones por las que pensamos que para cambiar tu relación con el dinero, primero tienes que cambiar tus hábitos…¿La buena noticia?¡Puedes empezar desde hoy!

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