¿Te pasa que te prefieres que tus finanzas estén en un rincón escondidas porque te da pánico verlas a la cara? Te contamos algunas cosas que a nosotros nos aterran y cómo afrontarlas.
Estamos seguros de que existen cosas que te ponen los pelos de punta al hablar de tus finanzas (de pronto incluso sólo el hecho de pensar en ellas). ¿Cuáles son esas situaciones que en verdad nos llenan de pánico cuando hablamos de dinero?
¿Qué cosas debes aprender, evitar o dejar de hacer cuando hablamos de tener inteligencia financiera y unas finanzas más sanas? ¡Sigue leyendo si quieres saberlo!
Los impuestos:
No hay nada que nos haga sentir más como “adultos responsables” que pensar en que tenemos que declarar y pagar impuestos (el horror). Pero aquí el problema no son los impuestos, ni la declaración, ni siquiera pagar…el tema es que no nos educamos al respecto ni nos preparamos debidamente. De hecho, pagar impuestos es un indicador de que las cosas van bien con nuestros ingresos y no debería ser un dolor de cabeza descifrarlos. Y no es sólo un tema del contador que te hace la declaración todos los años, ya que deberías ser consciente de toda la información que estás entregando.
La solución para que esto deje de espantarte es simplemente empezar a planear. ¡Si! Probablemente una de nuestras palabras favoritas…pero es simplemente eso. Que tu puedas con anticipación informarte sobre las deducciones, calcular cuál sería tu impuesto a pagar estimado y muy importantes: ¡que planees cómo pagarlo!
Pagar intereses de mora:
Si alguna vez te has pasado de tus fechas límites de pago, creo que entiendes este dolor. Y es que los intereses de mora son de lo peor que nos podemos permitir, ya que van desangrando poco a poco nuestro bolsillo. De hecho, estos intereses pueden llegar a ser hasta 1.5 veces el interés que pagas normalmente por tu crédito. Incluso estar bastante cerca a la tasa de usura (ósea lo máximo que una entidad puede cobrarte). Es realmente ¡el peor negocio!
Entonces, ¿cómo lo puedes evitar? Bueno, si de verdad eres pésimo con aquello de recordar fechas y pagos te traemos estas acciones bien sencillas.
- ¡Ponlo en automático! Intenta que todos tus pagos se debiten de manera automática cada mes. Ojalá te lo descuenten en una fecha muy cercana a cuando ingresa dinero a tu cuenta.
- Deja el recordatorio en tu calendario, agenda o celular: ¡Que no haya excusas como “nadie me aviso”! Escoge el método que más te convenga y apenas suene esa alarma te vas de una a tu app del banco a hacer esa transferencia…Nada de “luego lo hago”…
Perder tu dinero en una estafa:
No sé si estás de acuerdo con nosotros, pero creemos que ¡esta es de la peores! No hay nada que nos produzca más terror que el hecho de confiar en una promesa de inversión y que al final, nuestro dinero desaparezca como por arte de magia. Pero más que culpar a las personas que están detrás de toda esta cantidad de esquemas, deberíamos hacer la tarea de informarnos sobre qué señales de alerta tener en cuenta. Aquí algunos ejemplos:
- No es para nada claro en qué se invierte tu dinero o no es muy coherente el nivel de rentabilidad que te prometen versus el riesgo real del activo. Por ejemplo: que te digan que no tienes NINGÚN riesgo con una inversión en criptomonedas.
- No sabes muy bien qué entidad está detrás, no sabes cómo contactarlos y no hay ningún organismo que los supervise.
- Te están mostrando constantemente como casos de éxito personas con autos y casa de lujo, que lograron un nivel de ingreso impresionante en tan sólo unos meses.
- Existe la promesa de que si traes más amigos o conocidos a esta “oportunidad de inversión” vas a poder tener rentabilidades más altas. Esta es una gran bandera roja, ya que este dinero extra que ganas no tiene nada que ver ni con el activo, ni con ningún producto o servicio. Así que en este caso te podrías preguntar, ¿de dónde viene este dinero?
Que no te alcance la plata
¿Alguna vez tu cuenta ha quedado en negativo y tu no tienes idea a dónde se fue tu dinero? El mayor problema con esto es que podría ser un comportamiento que repitas todos los meses. Es realmente un círculo vicioso. Cuando recibes tus ingresos estás “saltando en una pata” y te pones a gastar sin fijarte en nada. Y al final del mes estás sufriendo porque ya no hay con qué pagar ni siquiera la luz.
Además de ser un hábito súper terrorífico, es uno que definitivamente no te deja avanzar en tus finanzas. Esto normalmente nos pasa cuando con anticipación no nos preocupamos por darle un trabajo a cada peso, dólar o euro que ingresa a nuestro bolsillo. La solución y nuestro mejor plan de acción: el presupuesto.
El presupuesto de hecho es tu arma secreta para conocer tus gastos, evaluarlos y decidir qué cosas están siendo tu prioridad… ¿Están alineadas con lo que amas y tu propósito? Además, que a diferencia de lo que muchos piensan, nos da una libertad financiera increíble para incluir todo lo que nos gusta. Pero también, nos ayuda a ser responsables y entender qué podemos y no podemos hacer con nuestro dinero (esto depende 100% de tu situación actual). ¡Pero tranquilo! Si este tipo de control te aterra, la buena noticia es que el presupuesto es como un camaleón…puede evolucionar y verse diferente a medida que optimizas tus finanzas.
La deuda de emergencia
Otro círculo vicioso en el cual definitivamente no quisieras estar dentro. Puede tomar la forma de tarjeta de crédito, un amigo o incluso tu abuelita salvándote la vida. Esto está 100% relacionado con el punto anterior, cuando no tienes absolutamente ningún control sobre cómo gastas, no ahorras y no tienes cómo cubrir esas situaciones inesperadas que trae la vida.
Y es que esto te puede traer varias consecuencias en verdad horrorosas. La primera es que debas pagar intereses súper altos (otra gotera de tu billetera) y que te demores pagando un montón de meses o incluso años una pequeña deuda. E incluso, aunque no te cobren intereses, ¡vas a estar atado a ese compromiso por quién sabe cuánto tiempo! Esto siempre va a cohibirte de no poder hacer muchas más cosas con tu dinero, o incluso pasar momentos muy incómodos con las personas.
Te preguntarás, entonces… ¿Cómo le hago para salir de ahí? ¡Empieza a poner tu casa en orden! Si…devuélvete unos cuántos párrafos y se muy intencional con tu presupuesto para que no andes gastando lo que no tienes. Una vez tengas esto y seas muy consciente de cuánto son tus gastos, puedes crear tu fondo de emergencia.
Empieza tu ahorro de emergencia:
Si, es ese ahorrito que pones de lado por si pasa algo inesperado, como un accidente o que tal vez se reduzcan tus ingresos…eso sí, una emergencia NO es comprarte el último iPhone. Para empezar tu fondo, sería ideal que empezaras con un mes de los gastos que tienes que pagar si o si mes a mes:
- La renta o la cuota del crédito hipotecario
- El mercado
- Las facturas de los servicios
- Tu seguro médico
- …
Y poco a poco lo vas alimentando hasta llegar a tener al menos unos tres meses de gastos. Es muy importante que recuerdes reponerlo tan pronto puedas. Además deberías tenerlo en algún producto en el que puedas acceder a él sin muchas restricciones. ¡Pero que no esté tan “a la mano” como para caer en tentaciones!
Así que si quieres dejar de horrorizarte cuando ves tu billetera, toma nota de estos consejos y empieza a tomar acción a partir de hoy.